recorrí esa azul mirada unas mil veces, pero,
mi inconformista ondulaba en esas verdes
venas que empezaron a ser un mejor centro.
esa blanca piel porcelana se convirtió en tormenta...

un amanecer, luces rojas
más sabrosa sentía la carne
que brotaba, mil heridas
absorbiéndola dulcemente
circulaba, estaba ahí
pero ahora no era mía

más hondo que una mordida azarosa
era este juego.
en un ir y venir
la perfección de los dedos
endulzaba y obligaba
(nos agobiaba un temblor por la cintura)
a lo que vendría
alguna vez
sin vuelta atrás
¿vivía esa sangre?
tal vez fingía

despojada en la intranquilidad
circular como el mar
revuelta en la confusión
casi inconsciente
es placentero
es divertido
es pasajero
no hay tiempo
pero, cierro mil ojos
y solo me quiere hacer gritar
¡devolvéme mi sangre!
¡no me dejes otra vez vacía!

el fulgor de la luz roja
desvanecíase poco a poco
(mis pulsaciones)
sanada mi piel,
tu tormenta, mis ilusiones.
no sé cuál es tu nombre-maldito
¡tampoco conozco el mío..!

desnudos frente al espejo
observando quien no somos
esa doble identidad
ese dolor que me gusta repetir
me va matando de a retazos.
sé que estás, circulás
pero ¿¡quiero saber
quién sos!?

eterna inconstancia,
tinte escarlata.
en un ir y venir...
a veces intento dibujarte,
pero no te voy a terminar jamás